lunes, 4 de octubre de 2010

Celebrities en la cocina

Conscientes de que no podemos superar al maestro Javier Krahe en esto de cocinar celebrities, de vez en cuando nos atreveremos con algUn personaje famoso y lo llevaremos a los fogones. No se trata, ni mucho menos, de una especie de inquisiciOn gastronOmica, al contrario, nos mueve la admiraciOn por algunas celebridades a las que literalmente nos comerIamos.
Para comenzar esta lInea del recetario hoy presentamos:

Alien (E8ºP) en salsa de almendras.

Ingredientes:
-1/2 alien mediano.
-Almendras tostadas.
-2 dientes de ajo.
-2 rodajas de pan frito.
-1 vasito de vino blanco.
-Tomate frito.
-1 cucharada de pimentOn dulce.
-1 hoja de laurel.
-Aceite de oliva.
-Sal.

Se limpia bien el alien. Se desangra al aire libre siguiendo el manual RX322-H47 y con mucho cuidado.
Se deja orear de 8 a 10 dIas en un lugar fresco y seco. Se trocea y se frIe en una cacerola con abundante aceite. Se reserva bien escurrida la carne y se procede a hacer un sofrito con el tomate, uno de los ajos el pimentOn y la hoja de laurel. Se añaden las tajadas alienIgenas y se moja con agua.
Cuando empiece a hervir se añade el vino y se prepara una majada con el ajo que queda, el pan frito y las almendras.
Cuando el vino empieza a evaporar el alcohol añadir el majado y apartar del fuego.
Dejar reposar mInimo una hora y servir. Le acompañan bien las piparras y un txacoli fresquito.

Desde luego no es un sabor para paladares convencionales, pero si habEis probado la medusa, su textura no os resultarA desconocida.
Al contrario de lo que comUnmente se piensa, la carne de alien no es tan dura como parece ni necesita cocciones especialmente prolongadas. La consistencia de la musculatura alien se debe a la presiOn atmosfErica que soporta en su habitat, pero una vez liberado de ella y transportado a la atmOsfera terrestre, su carne se descontractura convirtiEndose en una carne especialmente tierna. Se trata de un proceso similar al que sufre la carne del pulpo cuando se congela y descongela para su uso.
Es raro encontrar en los mercados un Alien completo, es decir, con la cabeza, pero si encuentras algUn ejemplar no dudes en adquirirlo aunque tengas que pagar un poco mAs.
Con la cabeza se hace un caldo estupendo con el que puedes preparar el fondo de una bullabesa o de un arroz a banda.
En cuanto al crAneo puedes convertirlo en una original escultura para tu salOn.

domingo, 2 de mayo de 2010

Ortografía culinaria.


Ya, ya sé que todos habéis visto alguna vez esos letreros escritos con tiza, con rotulador o incluso con letra impresa en bares y restaurantes que se lanzaban de lleno a un mundo de catastróficas faltas de ortografía. Pero no os creais tan listos ni os sintais tan orgullosos de vuestros conocimientos y vuestra vasta educación, quizá estéis incurriendo en un clásico de los pecados: la vanidad. Y lo que es peor, la vanidad sumada a la ignorancia.

Yo era uno de esos que hacían mofa y befa de cuantos carteles salpicados de errores caían ante mis ojos, hasta que un día el gran maestro Du Maurier me sacó de mi ensimismamiento autocomplaciente.

Sí, es cierto que algunas de las faltas ortográficas existentes en el extenso bosque caligráfico del mapa gastronómico responde a un mero descuido o al desconocimiento del autor, pero también es cierto que otras de esas aparentes faltas tienen su origen en otro hecho bien distinto.

El maestro Du Maurier empezó hablándome de las materias primas, de cómo una berenjena con j tenía un sabor algo más amargo y picante que una berengena con g. Así pasaba también con las cevollas, mucho más duras y crujientes que las cebollas, y algo menos dulces. Las chirivías, las chiribías, los megillones, los mejillones, los mejiyones, los megiyones, el brécol, el vrécol, los hajos, los ajos... Aquel largo y extraño discurso me aturdía y yo no dejaba de pensar que todo era una gran broma del maestro. Pero nada de eso. Siguió después pormenorizando las diferencias de platos elaborados en función del juego de grafías: la croqueta, crujiente y compacta, se diferencia de la cocreta, mucho más suelta y con un rebozado que se deshace en la mano, y por último la cocleta, cuyo relleno es más líquido, menos espeso que el de la croqueta o la cocreta.

Me costó creer lo que oía, pero el maestro fue demostrándome en la cocina que todo lo que me había contado era cierto. El poder de la escritura confería a platos y alimentos unas características que no podían lograrse de otro modo, ni con ollas especiales, ni poniendo a remojo los ingredientes, ni añadiéndoles ningún producto, sólo con un rotulador y algo de falta de prejuicios ortográficos.

jueves, 18 de febrero de 2010

ALDABAS


Si eres un tragaldabas no creo que esta receta tenga secretos para ti, pero para los menos comedores, o para buenos comedores centrados en otras especialidades culinarias (tragabuches, fartones, etc.) puede que sea una aportación novedosa en su dieta.

Lo más importante para la elaboración de la receta es la materia prima. Las aldabas deben ser de primera calidad y, a poder ser, frescas de este siglo o del último tercio del siglo anterior como mucho.

El tamaño depende de la capacidad buco-faríngea del comensal. Los hay que se las comen de dos en dos y los hay que se las comen dobladas, pero lo mejor es encontrar un tamaño mediano asequible a cualquier paladar.

El estilo es algo muy personal, desde las sencillas anillas hasta las trabajados puños anillados (fist-cooking) el catálogo de aldabas y aldabones es muy extenso. Elija el más adecuado para cada ocasión.

Por supuesto el material del picaporte ha de ser inoxidable y debe acompañarse de un un medio oleoso que facilite el tránsito. Nosotros recomendamos el aceite de oliva virgen extra por sus propiedades beneficiosas en general.

Toc-toc, la comida llama a la puerta...